La TV Pública: un modelo desvirtuado…*

18 Nov

En los países latinoamericanos solemos confundir el término televisión pública con el de televisión estatal. Esto, si bien ya es parte de nuestra cultura, nunca fue lo que debería haber sido, considerando que el modelo de televisión pública que se ha consagrado (el de la cadena BBC) pregona ideales muy distintos que no se han puesto en práctica en América Latina.

La BBC  (British Broadcasting Corporation) desarrolló un paradigma de televisión pública con el propósito de garantizar el pluralismo, la diversidad y la independencia política de sus contenidos. Esta cadena ha sabido hacerse un lugar importantísimo en el periodismo mundial y se ha convertido en una de las señales más respetadas por su profesionalidad. Su libro de estilo es un ejemplo a seguir por otras muchas televisiones del mundo.

Las directrices editoriales de la BBC enuncian los principios de veracidad, exactitud y precisión, junto a la imparcialidad y el servicio al ciudadano, que todo profesional de la comunicación debería tener presentes a la hora de desarrollar su labor. La cadena inglesa le da prioridad también a la libre expresión y diversidad de opiniones, siempre fundadas y firmadas, además del respeto a la intimidad y la protección a los menores. Sin duda, unos mandamientos que rigen el trabajo en la BBC y que le ha dado la fama de una televisión ejemplar. En boca de muchos, “si lo dice la BBC, debe ser verdad”.

Pero, si el modelo propuesto por la cadena inglesa es el ideal para ejercer un buen periodismo televisivo público, ¿en qué medida las televisiones latinoamericanas siguen este paradigma? Este ensayo procura demostrar cómo la censura en televisión se encuentra presente tanto en Canal 7 Argentina como en TVN Chile. La elección de las señales a analizar encuentra su fundamento en la diferencia que hay entre ambos en cuanto a la conformación de los directorios.

 Por una parte, en TVN Chile, quienes toman las decisiones en cuanto a programación y contenidos provienen tanto de la oposición, como del oficialismo. En cambio, en Argentina, incluso estando vigente la nueva Ley De Servicios de Comunicación Audiovisual, la autoridad de aplicación de Canal 7 está conformada mayoritariamente por oficialistas. Chile posee una organización democrática de su canal público, y aún así, allí existen casos de censura a opiniones disidentes.

 “6,7,8” es un magazine de actualidad que se emite a través de la señal Canal 7 – TV Pública Argentina. En este programa que va de lunes a viernes, incluyendo domingos, se efectúan operaciones mediáticas tendientes a respaldar el proyecto nacional y popular, con el recurso de tapes repetitivos y machacantes, que con tendenciosidad editorial apoyan al modelo vigente, denostando al arco opositor con una visión que a veces suena reduccionista.

Pero muchas veces, «6,7,8» hace aguas, se transforma en prensa propagandística u oficialista, tal como ocurrió con la visita de Nicolás Pauls, cuando trajo a colación el incómodo tópico: “la mega minería contaminante”, y habló sin tapujos de la complicidad de medios, empresas y gobiernos, en negociados muy fuertes. Pauls aumentó la apuesta destacando la importancia de tocar esos temas con seriedad y profundidad en el programa, y Galende, conductor del ciclo televisivo, le contestó un indiferente… “por ahí lo tomamos al tema”.

Otra polémica interesante en el programa surge cuando Victoria Donda visita  “6,7,8” para ser interpelada por el panel, por haber realizado una denuncia penal a la presidenta, y protagoniza un entredicho con Orlando Barone. En ese marco, Donda pone en evidencia cómo el periodista desea confundir a la audiencia tergiversando la información.

Quizás el momento que revistió mayor gravedad en este ciclo televisivo se vivió en el verano, bajo la conducción de María Julia Oliván, cuando disertaban sobre el enriquecimiento de quiénes han gobernado la Argentina. Oliván realizó una infeliz comparación con los ‘90, en el contexto de un programa afín a la gestión de gobierno. Tan intenso fue el momento, de tanta resonancia mediática y repercusión en la agenda pública de discusión,  que “6,7,8” se vio obligado a recurrir al enlatado , para poder aclarar la situación, que necesariamente tuvo que desmentirse.

Por su parte, el canal TVN Chile presentó un caso de supuesta censura contra el presidente de la UDI (Unión Demócrata Independiente), Juan Antonio Coloma, en el segmento «La entrevista del domingo» del Noticiero “24 horas”.

Justo cuando Coloma se refería, en la entrevista para TVN, a lo que calificaba como «campaña sucia» de Eduardo Frei en las elecciones de agosto de 2009,  la conversación con la conductora Karen Doggenweiler -que había sido grabada minutos antes de salir al aire- sufrió un repentino corte. Lo más sorprendente fue que un día después TVN “lamentó” el corte a la entrevista de Coloma, y rechazó una censura .

El hecho de que la televisión pública no funcione como tal, y termine siendo un mero organismo estatal que responde políticamente a él, no sólo se deja ver en la censura a opiniones contrapuestas, sino también en la selección de las noticias, en la forma de presentarlas, en la organización de la programación, en la selección de los invitados, entre otros factores condicionantes.

Lejos quedó América Latina de cualquier intento de acercar la televisión estatal a un modelo de servicio público que propusiera una mayor participación de la sociedad civil en «sus» medios de comunicación.

Es necesaria una televisión pluralista con la cual desarrollar la creatividad y validar la responsabilidad social de la calidad del servicio público ante los ciudadanos, y no sólo ante los gobiernos o los políticos de turno.

En definitiva, los medios deben ser un instrumento para fomentar la participación política de la ciudadanía y así enriquecer el grado de democracia de las sociedades.

                                                                                                                                                                                                                                        

Bonus track

Canal 7, y «6,7,8»…

Las gestiones de gobierno argentino de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández, se han caracterizado por una política definida por el respaldo a los productos televisivos y a la empresa periodística,  renovando Canal 7, ex ATC. Muchos críticos y opositores han desacreditado esta inquietud particular del gobierno, en reflotar y lanzar señales televisivas, como un interés excesivo, totalitario, propagandístico o de “periodismo militante”. Esta vuelta de tuerca en torno a la política de las comunicaciones, realmente marcó diferencias , respecto de la presidencia de Carlos Menem, donde se privilegió el showbusiness , se desmanteló la televisión gubernamental, entre otras empresas estatales.

El magazín de actualidad “6,7,8”, que se emite a través de la señal Canal 7 – TV Pública, se autodefine como “un espacio de reflexión sobre el modo en que los medios representan la realidad (…)”. Conducido por Luciano Galende y un panel de periodistas que analizan, con inteligencia y humor, las coberturas mediáticas más relevantes. El aludido panel de periodistas está integrado por: Orlando Barone, Sandra Russo, Carla Czudnowsky, Carlos Barragán  y Eduardo Javier «Cabito» Masa Alcántara.

                                                                                                                                                                                                                                            

Fuentes consultadas:

Fotografías disponibles en: www.google.com

 

*Por: Sabrina Berlo, Manuela Calderón Bourband y María Josefina Ibarra.

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